JXCat propondrá a Aragonés relevar al vicepresident Puigneró para rebajar la crisis del Govern
Puigneró era el único de los siete miembros de JXCat en el Govern que conocía a la perfección el plan "desleal" de su partido
Aragonés da «48 horas» a los consellers de Junts para rectificar o les echará del Govern
Con la intención de salvar la por crisis del Govern catalán por ahora, aunque todas las fuentes consultadas por este periódico coinciden en que «la ruptura se producirá más pronto que tarde», el secretario general de Junts per Catalunya Jordi Turull tiene previsto entregar la cabeza del vicepresident Jordi Puigneró a Pere Aragonés. El número dos del Ejecutivo regional era el único, según han relatado uno a uno en un interrogatorio que les ha hecho el propio president en su despacho, que conocía los planes de solicitarle una moción de confianza. Es decir, el único al que Aragonés consideraría «desleal». El líder de ERC y el secretario general de JXCat llevan más de una hora reunidos en el Palau de la Generalitat. En paralelo Puigneró, junto a Laura Borràs, está reunido con la dirección de su partido.
Tras exigir ayer el portavoz parlamentario de Junts per Catalunya Albert Batet que Aragonés se sometiera a una moción de confianza, algo que ya rechazó meses atrás, pese a que figura en el acuerdo de investidura como cláusula impuesta por la CUP, el president convocó de urgencia a todos los miembros del Govern para saber si seguían confiando en él y si querían seguir en el gabinete. Fuentes cercanas a su entorno, tal como ha avanzado esta noche OKDIARIO, aseguran que tras escuchar siete versiones «divergentes e irregulares» y tras citar al líder de Junts Jordi Turull a la reunión que sigue al borde de las nueve y media de la noche, el president ha dado «48 horas» a sus socios para decidir si quieren seguir gobernando juntos «dentro de lo firmado y la lealtad».
Así pues, constatado que Jordi Puigneró era el único de los siete miembros de JXCat en el Govern que conocía a la perfección el plan «desleal» de su partido, urdido a espaldas de sus representantes por la dirección y con el respaldo de Carles Puigdemont en Waterloo, con la decisión de ofrecer su relevo a Aragonés Turull buscaría ganar tiempo a una ruptura que, a cada minuto que pasa, parece más cercana e inevitable. El debate hace tiempo que está sobre la mesa de los postconvergentes y se ha instalado hace poco en la de ERC. Aunque, pese a que la de hoy ha sido la madre de todas las crisis, la dificultad de unos para seguir gobernando en solitario y la pérdida de más de 250 sueldos entre los 40.000 y los 140.000 euros por parte de otros, mantienen unido un matrimonio que hace meses que no duerme junto.